Aún no me puedo explicar porqué, pero hay días tan x en los que comerme una bolsa grande de papas fritas con valentina ha sido lo más extraordinario. Mientras que hay otros en los que de verdad me siento parte de un experimento, en el que estoy siendo probada y observada tipo"The Truman Show".
Hoy, me siento ultrajada de una forma en la que no pensé me pasaría en Toronto, Canadá. Primer mundo...
Creo que el machismo y el acoso son uno de esos virus tipo influenza. Ya te ha tocado, lo superas, y no lo vuelves a tomar en cuenta hasta que recaes.
Hoy me percaté que aunque el calor sea húmedo, insoportable y tengas ganas para descubrir la piel, como mujeres, siempre tendremos que tomar en cuenta al factor masculino.
He tenido días de exhibicionismo en los que incluso mi padre me ha dicho que corro riesgos. Pero hoy, simplemente vistiendo unos jeans, playera en Y (con bra) y zapatos de piso, sin querer me sentí víctima de "Mujer casos de la vida real".
Un grupo de maleantes que presuntamente estaban tomando chupe de una bolsa, se subieron al autobus en el que yo iba jugando Candy Crush. Lo único que note, fue que más personas se sentaron alrededor de la parte trasera y que conversaban en voz alta.
No me hubiera percatado de su presencia, si uno de ellos (con la actitud y vestimenta más típica de una banda) no hubiera tratado de hablar de mí, primero en inglés con sus amigos y después directamente conmigo en español. Como sí hablo inglés, empecé a entender que hablaban de mí, pero decidí fingir demencia incluso cuando me hablaron en español.
Yo sé que soy tímida, pero que un infeliz cholo, chaparro como pitufo, apestoso, feo como JooJorge Falcón, y con un ego impresionante, me lo repita en varias ocasiones, y no conforme con ello, trate de menospreciarme y seguir llamando mi atención ante el apoyo y risa de sus camaradas, me indigna.
Que lo sigan haciendo después de gritarles que soy casada y que me dejen tranquila, solo me deja con ganas de fumigar todos los lugares para acabar con esas ratas. Me hubiera dado gusto jalar una palanca y mandar a esos cuatro payasos por la tasa de baño, mientras yo me río igual de estúpidamente que ellos.
Aunque en el autobús iban más pasajeros hombres y mujeres, nadie me hizo el paro, ni avisaron al conductor.
El colmo. Cuando mi parada llegó y me levanté, ellos también lo hicieron. Motivo por el cuál, decidí perder mi parada e ir más segura hacia el metro, sin importar que perdiera 40 minutos más para llegar a casa. Estoy segura que esos perros pretendían algo más y la parada en donde tenía que bajar se veía muy sola.
Esta solamente es otra de las malas experiencias que he tenido al usar el transporte público. La diferencia es que mis prejuicios me hicieron pensar que todo sería diferente en el llamado primer mundo.
Preguntas al aire:
¿Porqué los hombres agreden en manada? ¿Estamos las mujeres obligadas a viajar acompañadas para nuestra salud mental e integridad física? ¿Tendré que comprar un gas pimienta y pistola de toques si quiero salir sola, en shorts/falda?
¿Quién parió a esos ineptos/as que siguen diciendo que las mujeres son violadas por provocar?
¿Existe algún tipo de club torcido al que se unan los más feos y los más castrosos? ¿Todos viven cerca?
Consejo. Si eres una mujer que se arregló y viajas en autobús sola, evita el contacto visual y por tu salud física y mental, nunca te sientes en la parte trasera del autobús en donde se hace un cuadrado; podrías ser víctima del intento de flirteo/bullying/intimidación, ó intento de amistad de algún grupo de maleantes o patanes amistosos.
No importa la clase de estupideces que te estén diciendo que harán, el 80% pretenderá que no entiende, un 15% pondrá mala cara y solo un señorcito te ayudará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Juzga sin comentar o comenta sin juzgar